miércoles, 27 de agosto de 2014

Terapia Liderazgo del Ser

Más allá de toda consideración doctrinal o discrepancias en cuanto a los nombres, sabemos que el ser humano tiene cuerpo, alma y espíritu, que mientras estamos encarnados estos están unidos y que cada uno cumple con una función, todas dirigidas al logro de las metas y propósitos de nuestras vidas, el espíritu conocedor de los más profundos secretos y poseedor de nuestra más sagrada y pura condición, el alma contenedora de nuestros sentimientos y emociones pero también de nuestros traumas y dolores, allí está el ego, los recuerdos y todo lo recolectado a través de la vida , el cuerpo vehículo con el cual nos movemos dentro de esta dimensión y por medio del cual se expresan los otros dos cuerpos más sutiles, todos están interconectados, cada uno tiene una gran importancia y el cuerpo siendo el más externo es la cara que damos al mundo y el que nos permite ejecutar nuestras misiones dentro de este plano terrenal, él es el mensajero de los otros, por eso es tan importante escucharlo, pero también a través de él podemos conectar con los más internos, siempre y cuando lo usemos desde esa consciencia. Nuestro cuerpo también es sagrado, no somos el cuerpo pero es un medio hermoso que usamos para cumplir tanto las tareas del alma como del espíritu y así poder evolucionar...

Sin embargo en la completud de nuestro ser se da una lucha porque como ya vimos el espíritu que conoce nuestro propósito de vida y la sabiduría que necesitamos para obtenerlo trata de orientarnos hacia allá,  pero el ego adolorido que quiere recompensa o revancha por todo lo sufrido a lo largo y ancho de sus experiencias vitales grita tratando de acallar al espíritu y mientras el cuerpo recibiendo toda esta información actúa timorato a veces a favor del espíritu y otras a favor del ego  

 

El liderazgo del Ser es entonces permitirle a nuestro al SER dirigir el proceso libremente hasta la consecución de nuestros más altos fines, apoyándonos en toda la experiencia que el alma tiene acumulada y en la capacidad de expresión y de comunicación interna y externa que tiene el cuerpo.

Ahora bien y ¿cómo hacemos ésto? Antes que nada en un proceso de observación y autoconocimiento, luego abriendo los canales de comunicación interna y externa, después ejerciendo poder y autoridad desde el anhelo más profundo de transcendencia y por último utilizando todas las herramientas que por medio de la sabiduría espiritual nos han llegado a la mano.


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